Quien se coloca en los zapatos de un juez para emitir juicios rápidos sobre los demás, tiende a ser bien lento para buscar corregirse a sí mismo. Cuando juzgamos suponemos sin fundamento alguno, lo que puede estar pasando en la vida de alguien. Quien juzga, cae en la trampa de completar una información que desconoce de los demás y que tristemente termina completando e inventando historias. Por eso el Señor nos insta a NO JUZGAR A NADIE, para que luego no seamos nosotros los juzgados. Ni siquiera deberíamos condenar y colocar rótulos a ninguna persona, porque esto termina volviéndose en nuestra contra. La razón por la que juzgamos de manera precipitada, la tiene nuestro PROPIO EGO. De forma consciente o inconsciente, necesitamos sentirnos mejores que los demás y manifestar nuestro rechazo ante una determinada actitud.
Al juzgar a los demás, le cerramos las puertas a la empatía y que nos den una explicación mucho más precisa cuando existen malos entendidos. El ego nos lleva a sentirnos superiores, especiales y distintos. Es egoísta juzgar desde la barrera y sólo observar, a quienes decimos que no está actuando bien. Esto alimenta el ego y de alguna forma, hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos. David Fischman decía que: \”El tamaño del ego de una persona se puede medir en la forma que maneja los errores que cometen los demás\”. ¿Cuántas veces te has sentido incomprendido? Y en medio de la incomprensión tendemos a aislarnos. El juicio y las rotulaciones, pueden llevar a una persona a pensar y a decir: “Si supieran lo que estoy viviendo o por lo que estoy pasando”. Ponte en los zapatos de todas las personas a las que juzgaste, sin saber si era cierto lo que tus ojos u oídos creyeron ver y oír de otros.
Renuncia a hacer el rol de juez de otros. Ni de Dios, ni de nada que tus ojos puedan ver sea cierto o no. Pide perdón al Señor por juzgar y criticar a los demás. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Gracias pastor por transmitir su sabiduría y ayudarnos a entender en profundidad la palabra de Dios yde esta manera ayudarnos a parecernos un poco más Él.
Dios lo bendiga mil veces.
Interesante tema Pastor, la mayoría de las personas a diario carecen de empatia y juzgan a priori, por eso es sabia la palabra cuándo nuestro Señor Jesucristo nos manda a no juzgar a nadie, para que no nos juzguen a nosotros.
Mil bendiciones 🙏