Un milagro viene

Todo lo extraordinario empieza primero siendo un pequeño milagro. El profeta Elías le dijo a su criado luego de subir a la cumbre del Carmelo, y postrarse en tierra: “Sube ahora, y mira hacia el mar” El criado subió, miró, y le dijo: “No hay nada”. Y Elías le dice: “Vuelve siete veces”. Después de siete intentos, dijo: “Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar” A veces nos parecemos un poco a ése criado al que le dieron instrucciones precisas, pero aún así, no veía. nada. Israel por muchos años padeció de sequía, producto de la idolatría y desviación de sus corazones. Cuando Elías sube a la cumbre del monte, se postró en tierra en señal de rendición, sabiendo que la palabra que portaba de parte de Dios, necesitaba accionarse para que se liberara el milagro que este le había dicho que haría. El mismo profeta usado para cerrar los cielos en el pasado, ahora era el mismo que Dios usaría para abrirlos y bendecir a su pueblo con la lluvia.

Dios conoce el final de nuestras sequías y tal como le sucedió al profeta Elías, con la palabra LLUVIA, ahora nos recuerda que un milagro viene pronto, con el nombre de la necesidad que padecemos. Cuando el profeta le dice al rey Acab que comiera y bebiera, quizás se encontraba humillado en ayuno delante de Dios, y el clamor de su oración había subido delante de Su presencia. Elías repara el altar a Jehová que estaba arruinado. Cuando la comunión con Dios está rota, nada fluirá ni marchará de forma segura y en bendición. Toda sequía será siempre el mejor momento, para Dios poder revelarse en nuestra vida. Todo lo que te derribó, sucedió para hacerte fuerte y hoy poder enfrentarlo. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final del blog. Comparte con otros amigos y familiares el link de éste mensaje. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla