Toma la decisión de obedecer

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La obediencia tardía es desobediencia. Tuvo el Señor que hablar a Jonás por segunda vez, para que se movilizara a la ciudad de Nínive, porque era un gran mensaje el que tenía para darles. Recordemos que el gran pez que tragó a Jonás luego de que levantó una oración y se arrepintió de su desobediencia, lo vomitaría en tierra, justo en dirección hacia el lugar al que Dios necesitaba transmitir un mensaje de misericordia. ¿Cuántas veces necesita decirnos el Señor las cosas para que las obedezcamos? ¿Qué tanto tardamos en acatar una instrucción de parte de nuestras autoridades? Cuando eras pequeño, ¿Qué tanto les costó a tus padres formarte, porque no eras obediente? Es bueno que meditemos respecto a las anteriores preguntas y tomemos la determinación de obedecer a Dios. Si desobedeces lo visible, ¿Cómo obedecer a lo invisible?

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La Palabra de Dios es contundente y en ella encontramos promesas para consolarnos en los momentos difíciles, palabras de fe para levantarnos en medio de las dudas y podamos creer, pero también palabras de exhortación, para introducirnos al camino del bien. Un padre no desea ver el mal para sus hijos. Algunos sufren porque sus hijos son rebeldes y les cuesta someterse. Siempre los padres tienen la revelación de Dios y le representan en ésta tierra, como autoridad para someternos a ellos. Si un padre terrenal no desea ver mal a sus hijos, nuestro Padre eterno tampoco.

Jonás obedece y se introduce a la gran ciudad de Nínive y la recorrió todo un día, mientras proclamaba: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de arrepentimiento. Así como éste profeta de Dios se arrepintió de su desobediencia, proclamó un mensaje que llevó a un pueblo a arrepentirse también. Ese es el deseo de Dios. La reconciliación de los corazones alejados y apartados del hombre con Él. Hoy es un buen día para ser luz a alguien que necesita del mensaje de amor de Jesús. ¿Estarías listo a portarlo? Dios te ama y no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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