¡Reverdecerás!

Las podas son necesarias para la vida de todo árbol. Existen de diferentes tipos:

1. Poda de formación que sirve para darle forma al árbol. 

2. Poda de raleo que permitirá la entrada del sol entre el follaje del arbusto en crecimiento. 

3. Poda de altura que se hace con el fin de bajar la misma, poder cosechar de manera segura y estimular al árbol a dar mucho más fruto.

Si nos comparamos a esos árboles que son podados, necesitaremos entender, que nuestro podador y agricultor que seguirá trabajando en nosotros es el Señor. Ningún proceso que contribuya a la formación del carácter, será grato. El árbol cortado no muestra su copa. Se verá raquítico y aparentemente sin vida. Todos espiritualmente, hemos tenido temporadas así. Nos sentimos que nos descabezaron y se llevaron algo tan valioso a nuestro parecer, que si no hubiese sido por el corte que Dios nos hizo, jamás lo hubiesemos entregado por nuestra propia voluntad.

Piensa en esos cortes necesarios que te devastaron por completo a tu parecer y abraza la esperanza en Cristo Jesús, de que no todo está perdido mientras conserves la fe y te mantengas enfocado en el Señor. En los procesos a veces nos sentimos sólos y la sensación será, como si los cielos se hubieran blindado para responder a nuestras peticiones. La promesa de Dios en ésta hermosa palabra de hoy, es que retoños brotarán de nuestras ramas y aunque nos sintamos envejecer en el ánimo y en el soñar, nuestras raíces se mantendrán hidratadas y vivas, porque el río de Dios corre en lo profundo de nuestro corazón. Que tu vida respire el espíritu de ésta promesa. El agua de su palabra, será el motor que te renovará para que tus ramas y hojas se renueven, reverdezcas y des mucho fruto.

Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla