Prepárate para ser exaltado

Así como en los tiempos antiguos Dios estaba decidido a revelarse al mundo, a través de Israel, hoy con nosotros sus hijos, también tiene planes perfectos de bendición, para glorificarse a través de nosotros. El Señor a través de Moisés, le recuerda a Israel que lo bendecirá poderosamente. Era tal el plan de bendición, que todos los demás pueblos, tengan que reconocer que fue Dios quien lo hizo. Entonces detrás de esas promesas de bendición, están las ordenanzas del Padre. La primera instrucción fue la de escuchar atentamente la voz de Jehová su Dios. La exhortación de Moisés al pueblo, es la de elegir lo correcto, para así poder recibir el cumplimiento de sus promesas de bendición y bienestar.

Luego les indica que obedezcan, porque detrás de la obediencia viene la bendición prometida de Dios. Siempre los obedientes terminan viendo la gloria de Dios. El mundo a nuestro alrededor tendrá que notar quien nos dirije, quien nos provee, quien abre puertas para nosotros y tendrán que reconocer que lo ha hecho sólo el poder del Señor. No aprendas lecciones en la vida a base de equivocaciones. Opta obedecer a sus mandatos siempre. La desobediencia nos hace caminar más de la cuenta y añade peso espiritual que nos roba la paz. La elección de obedecer o desobedecer, está en tus manos amado lector. Una te lleva a bendición y la otra te conduce a maldición.

En el antiguo Cercano Oriente, era costumbre que los tratados legales concluyeran con pasajes que contenían bendiciones para quienes observaban las leyes y maldiciones para quienes no lo hacían.

Harrison

Prepárate para ser exaltado por promesa bíblica. Dios no miente y todo lo que ha dicho lo cumplirá, pero esa exaltación será precedida por escuchar y obedecer los mandatos de Dios. Ciegamente cree que nadie más que el Señor, tiene el control de tu vida y sus planes son y serán buenos para con nosotros SIEMPRE. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla