Un padre complicado, es un reto emocional y mental para cualquier hijo. Los conflictos de familia entre padres e hijos pueden darse por diferencias generacionales, problemas de comunicación, expectativas no cumplidas o formas de ver el mundo que no coinciden. Quiero amado lector compartirte algunos errores que tendemos a cometer los padres en el proceso de la crianza de nuestros hijos. El primero de ellos es: ROTULARLOS o etiquetarlos, simplificando su identidad o comportamiento. Cuántos hijos les han llamado: flojos, vagos, oveja negra de la familia o tú eres un caso perdido. ¿Qué escuchaste en tu casa siendo un niño o adolescente? Como padres, debemos creer y declarar en nuestros hijos las verdades de Dios y lo que Él tiene para ellos. ¿Qué palabra negativa le has dicho a tus hijos amado lector? Un segundo error que cometemos, es el PROYECTAR NUESTRA VOCACION hacia ellos. Queremos a toda costa
que hagan, estudien o aprendan a tocar el instrumento musical que nunca pudimos lograr hacer, estudiar o tocar. Un tercer error que nos complica nuestra relación con nuestros hijos SOBREPROTEGERLOS.
Un padre sobreprotector envia dos mensajes a sus hijos sin abrir su boca: Te protejo porque te quiero y eres tan inútil e incapaz que necesito protegerte. Esto conlleva a que un hijo crezca inseguro y ansioso. Subestimamos sus capacidades, les controlamos la vida, les queremos hacer, manejar y hasta decidir por ellos. Esto sofoca el desarrollo de su autonomía y de su autoestima. Otro error que afecta a nuestros hijos, es el CRITICARLES DE FORMA CONSTANTE, haciéndolo sentir insuficiente, sin reconocer sus logros o cualidades. También otro gran error es el CARECER DE EMPATIA, lo cual significa no mostrar comprensión o apoyo emocional, hacia los sentimientos o problemas de nuestros hijos, ignorando sus necesidades emocionales. Por último el MANIPULARLOS, controlando su comportamiento, genera: culpa, miedo o confusión en ellos. Y la IRA DESCONTROLADA y frecuente, crea un ambiente de temor e inseguridad en nuestra familia. Medita amado lector en que plano te encuentras. ¿Eres el hijo lastimado y dolido o el padre que intoxicó a sus hijos?
Pide perdón y perdona. No existe otra manera de restaurar nuestras relaciones familiares, sino a través del amor de Dios. Amamos y perdonamos, porque fuimos amados y perdonados por el Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla