Todo en la vida es transicional. Nada dura para siempre ni es eterno en ésta tierra. Por ello nuestro foco debe estar en lo que no perece, ni se acaba. Allí es en donde la confianza de todos los hijos de Dios, no puede dejar de estar puesta. Hoy dedico éste articulo a todos aquellos, que han perdido la confianza, porque sienten que Dios les falló o vivieron un momento traumático, en el que su fe quedó en crisis. Hace poco más de un año, acompañé a una familia que perdió a su hija porque se quitó la vida. Nunca en mis 18 años ejerciendo el pastorado, había oficiado una ceremonia de despedida a la eternidad, de alguien que tomó la decisión de suicidarse. Jamás cuestionaré ni juzgaré lo ocurrido, pero lo primero que busqué al dar mis palabras a esa dolida familia, fue el que buscaran en su corazón un motivo para agradecer y no perder la confianza en Dios. ¿En qué momento y por cuál razón, has dejado de confiar en el Señor?
¡Necesitamos confiar en Dios! Todo lo que vivimos (sea difícil o fácil) lo está permitiendo Él. Prepárate para ver Su Gloria en sanidades, libertad física, emocional y espiritual, así como nuevos tiempos de refrigerio y de renovación. Siéntete en un pupitre, en donde Dios te entrena y capacita, para las nuevas tareas y enseñanzas que tiene para tú formación. Nunca dejamos de aprender, pero también de rendir cuentas y aprobar sus exámenes. Dios nos da una nueva perspectiva, ideas y estrategias para caminar hacia el cumplimiento de sus propósitos. Él prepara nuestro corazón para seguir creyendo y viendo mayores manifestaciones de su poder y Gloria. Sus promesas siguen vigentes y son la mayor garantía de cumplimiento, porque escritas están y tarde que temprano se cumplirán. No andamos como barca a la deriva. El Señor tiene el timón y TODO está bajo su completo control.
Que la tierra y todo lo creado se someta a su absoluta y suprema voluntad. Así como la tierra no cesa de girar, Dios está en movimiento permanente y su ojo recorre este hermoso planeta azul creado por él, sencillamente porque aquí habitamos sus hijos, y nadie mejor que él para cuidarnos y protegernos. Éste pasaje nos exhorta a apoyarnos en Dios. En los tiempos bíblicos habían guerras y el vidente Ananí llega donde el rey de Judá Asa, y le dice que por no confiar en el Señor, el ejército del rey de Aram escapó de sus manos. En estos tiempos necesitamos apoyarnos y confiar como nunca en nuestro buen y sabio Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación en tu correo electrónico, cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Así es, nuestra mirada solo puesta en el Señor, en el Dios todo poderoso, confiando porque la última palabra la tiene Él. Bendiciones pastor.