Hoy el término se volvió moda. Fácil tomarse fotos o grabar un video diciendo cualquier cosa y hacerse viral en redes sociales. No se necesita ser famoso para ser un influencer. La pregunta sería si de verdad nuestra influencia crea una cultura que transforma el entorno inmediato al que influimos.
Esa es nuestra responsabilidad y llamado. Si no transformamos perdemos el tiempo. Nuestros niños y jóvenes siguen a youtubers cuyo lenguaje afecta negativamente su pensamiento. Un líder se mide por su capacidad de movilización y convocatoria. Muchos no saben utilizar ese liderazgo natural que podemos ejercer sobre los demás.
Si seguimos al Señor estamos llamados a transformar nuestro entorno modelándolo a través de la manera como hablamos y nos comportamos. Así somos de verdad luz para otros porque nosotros caminamos en la luz.
Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».
Juan 8:12 NTV
1 Corintios 11:1 (PDT)
Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.
Pablo invitaba a que le siguieran porque el seguía al Señor.
Seamos ejemplo para los demás, influye positivamente en tu familia y amigos. No te avergüences de compartir del amor de Dios y hablar diferente. La próxima vez que subas algo a tus redes sociales piensa a cuántos llegará y si de verdad influye positivamente. Aprende también a seguir a gente que sea de buen ejemplo para ti.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete, comenta y difunde esta reflexión con otros.
Te bendigo.
Pr. José Ángel Castilla
Gracias pastor, Estamos como cristianos a ser luz