En el idioma hebreo, la palabra “fidelidad” significa “constancia y firmeza”. Lo antónimo a ser fiel es ser cambiante o vacilante. La fidelidad de Dios se soporta y fundamenta en su poderosa Palabra. Si Dios habló algo hace siglos , eso sigue siendo válido, aunque ya nosotros no vivamos en ésta tierra. Él es fiel a Su Palabra, porque ella es una expresión de Su carácter. Lo prometido sigue siendo cierto, pese a nuestra infidelidad, abandono de nuestra comunión con él y darle la espalda por el pecado. Su gran amor y fidelidad, cobra vigencia en nuestro corazón. La única forma de conocer el carácter de alguien, es conociéndolo. De seguro tu dinero no lo depositarías en un banco que no te ofrezca garantías. Nuestros hijos pequeños tampoco los darías a tutores o maestros que no te inspiren confianza. Aprendemos a confiar en Dios conociendo Su carácter. 3 formas de llegar a conocerlo son:
A. Estudiar Su Palabra.
B. Observar y analizar Su obra manifiesta en nosotros.
C. Aprendiendo a seguir Su voz.
Al estudiar la Biblia, descubrimos que Dios nunca cambia y nunca miente. Tampoco ha fallado en el pasado, porque él es fiel a lo que ha dicho. Cuando él dice que hará algo, lo cumple. Él es siempre fiel a Su Palabra y lo que ha prometido en ella, no existe ni existirá poder humano que logre revertir lo que él ha dicho que haría. Hoy amanece y anochecerá, porque grande es Su fidelidad. Te leo en los comentarios, cómo has visto la fidelidad del Señor en tu vida, en éste último tiempo. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
La fidelidad de Dios es conmigo todos los días de mi vida, aún cuando le soy infiel y estoy ausente como hija.