La debilidad es parte de nuestra condición humana. A lo largo de la vida, enfrentaremos situaciones que nos pondrán a prueba y finalmente revelarán nuestras fragilidades. Sin embargo, y pese a que la debilidad pueda ser vista como un obstáculo, necesitamos verla como la gran oportunidad para crecer y recibir fuerzas nuevas en el poder de Dios. La Biblia nos muestra un claro ejemplo de debilidad en la vida del apóstol Pablo, quien padecía de un tormento que los estudiosos no han determinado claramente que era. Esa experiencia física la llama él mismo: “aguijón en la carne”. Tres veces le clamó a Dios que se lo quitara, pero la respuesta que recibió del Señor fue: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Aunque la debilidad nos haga sentir desfavorecidos y desanimados, es allí cuando se manifiesta el poder transformador de Dios, ya que Su gracia es suficiente para superar nuestras limitaciones y fortalecernos en la debilidad. En el momento en que nos sentimos vulnerables, es donde la fuerza de Dios se hace más evidente. ¿Cuál es tu aguijón? Te leo en los comentarios.
Reconoce tu debilidad, porque al hacerlo nos hacemos conscientes de nuestra necesidad de Dios y nos impulsa a buscar de su fortaleza. Regocijate en las pruebas, privaciones, limitaciones, dificultades y luchas. ¡No desistas! ni veas la debilidad como un defecto, sino como la oportunidad para crecer espiritualmente y de esa manera, experimentar el inagotable amor de Dios en tu vida. ¡Ánimo amado lector! Es tiempo de crecer y no hacer apología ni sacar excusas del por qué somos como somos o actuamos como actuamos. Rinde tu área de lucha a Cristo Jesús. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Amén! Adorar solo adorar…rompe las cadenas, te libera y te levanta.
https://youtu.be/ml2qryeyrb0?si=ZUIZpHrObu-Sc_XZ.