David el salmista, fue un hombre perseguido y buscado intensamente por el rey Saúl para asesinarlo. Los celos que despertó la muerte del gigante Goliat por parte del rey, la canción que las mujeres de la época compusieron exaltando el número de bajas de David, por encima de las de Saúl, llevaron a éste último a obsesionarse con verlo muerto. Adicional a esto, David se reúne y levanta un ejército con un grupo andrajoso de perdedores, amargados, endeudados y desesperados en Adulam. Eran momentos muy difíciles los que llegó a enfrentar el salmista, pero pese a ésto su corazón siempre estuvo listo para CONFIAR y ALABAR a Dios. Cuando todo está en nuestra contra, con mayor razón debemos expresar nuestra fe de forma contundente. Cambiemos la queja, el lenguaje negativo, la falta de fe y las dudas, por gratitud y alabanza. Éste salmo 34, escrito en medio de la persecución, también nos muestra la grandeza de nuestro Dios guardián. Por eso David se sentía protegido por esa presencia invisible pero poderosa del Señor.
Muchas veces en el Antiguo Testamento, el ángel de Jehová se manifestó como la apariencia real de Dios mismo. David describe a un ángel de la guarda que lo ve y acompaña siempre. Un guardián acampando a su alrededor para librar batallas espirituales a su favor. Éstas apariciones de Dios en forma de ángeles, son teofanías o manifestaciones para indicar que Dios jamás duerme, defendiendo a sus hijos. Recuerda que tú Dios guardián cuida de ti, te protege y no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Amén, en este momento cuando voy saliendo de casa para otra ciudad a trabajar, recibo este hermoso mensaje que me llena de confianza en Dios, sabiendo que no duerme el que me cuida y que mi ángel guardian acampa al rededor de mí porque Él es mi Roca fuerte.
Bendiciones 🙏