La fuerza más poderosa que mueve nuestras vidas y corazones es el amor. Dios es amor y la fuente para poder dispensarlo. El nos ha enamorado y nos lo ha demostrado, a través del sacrificio de Jesús en un madero. Fue necesario morir, por amor a nosotros. Creo profundamente que nadie logrará amarnos, como Dios nos ama.
Cuando bebemos del río de su amor, somos también dispensadores, para impartirlo a quien lo necesita. Este mundo adolece de amor, aunque no lo reconozca. Algunos no profundizan ni se dedican a ahondar en conocer a los demás. Vemos relaciones superficiales, circunstanciales y de momento. Con ¡Dios no ocurre así! Nadie dice amarte, sino se da a la tarea de conocerte y Dios te conoce mejor que nadie. Las relaciones post pandemia, se tornan frías y distantes por debilidad de contacto. La gente tiene miedo de expresar con libertad lo que siente, por que piensa que puede contaminarse.
No es casualidad que la misma palabra de Dios nos enseñe, que el hombre del último tiempo, será amador de si mismo y aborrecedor de lo bueno. Sólo el amor puede cubrir todas las ofensas que nos hagan, ya que nos lleva a la acción de perdonar. Nadie que diga amar, puede vivir con el odio como aliado. Eso no hace parte de la nueva naturaleza de Dios en nosotros.
Fortalece y cuida tus relaciones. Ama con el amor de Jesús, tanto al fácil como al difícil de amar. No cruces la línea del respeto, no abras el corazón a la ofensa, ni permitas que el dolor llegue para alojarse en la habitación de tu corazón. No recibas al odio por inquilino. Hay un dicho popular que dice: \”Del amor al odio sólo hay un paso\”. Revisa cuántas relaciones en tu vida pasaron de amor extremo a odiarse profundamente.
Estamos llamados a ser como Jesús. No inicies discusiones sin sentido y responde con amor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje. Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Muy oportuna está reflexión. Ayer estuve en un sepelio. Cómo se sienten de fuertes los sentimientos en un momento como ése; y es allí donde todo cobra sentido… por qué desperdiciar el tiempo dejando que la ofensa anide? Vivamos HOY a plenitud. En paz y en amor 😚