Si nos diésemos a la tarea de contar las estrellas y llamarlas por su nombre, no nos alcanzarían los años de vida, ni el tiempo para poder lograrlo. Sólo quien las creó y las puso en el firmamento como lumbreras, conoce su peso, su distancia en años luz hasta la tierra y hasta su nombre. A causa de su gran poder e incomparable fuerza, puede hacer que las estrellas salieran como un gran ejército, una tras otra y hacer un inventario de ellas. ¿Quién sino el Señor lo puede hacer? Si desde los cielos, pudiéramos dimensionar lo pequeños que nos vemos y aún desde allí mirar nuestros problemas y circunstancias, ¿Cómo crees que se ven desde arriba? La respuesta es: ¡PEQUEÑOS! Nuestro gran Dios todo eso lo ve diminuto, en comparación a su grandeza, fuerza y poder. Cada vez que sientas tus problemas grandes, coloca a Dios al lado y vuelve a pensar en lo equivocado que estás.
Hoy titulo éste artículo con el nombre: INCOMPARABLE. La dedico a todos mis lectores que dudan y se sienten como si el Señor no viera sus dificultades. Si has sentido injusticias a tu alrededor, Jesús saldrá a defenderte como el mejor de los abogados. No hay quien le haga frente y pueda vencerle. Ni siquiera la muerte pudo retenerlo. Al infierno se le apagó la fiesta, cuando al tercer día Jesús resucitaría. No vuelvas a repetir entonces que te sientes olvidado por Dios. Él es nuestro padre eterno y su gran amor es INCOMPARABLE. Un amor intangible e imposible de pesar. Ver a Jesús es poder recibir la revelación del gran amor de Dios por todos nosotros.
Te invito a orar y presentar tus quejas, tu ingratitud, tus dudas y lamentos al Señor. Deja que Él cambie la tristeza y el pesar, por alabanza. Que las dudas sean reemplazadas por fe. Cuida lo que dices y delante de quien lo dices. Que la gente que te rodea vea en ti la imagen de Cristo. Cuida también tus actitudes y ríndete siempre delante del Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de esta reflexión a tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla