Deslealtad

Una persona desleal es aquella que incumple a su palabra o compromiso de fidelidad, y reciprocidad en el trato honesto. A diferencia de alguien leal, que despierta un fuerte sentimiento de pertenencia y solidaridad. Tratar con alguien leal, es tener la tranquilidad de estar frente a una persona fiel con todo su corazón, además de su entrega y compromiso incondicional. ¿Te describes amado lector, como alguien leal? En la Biblia, la palabra lealtad, se asocia al ámbito relacional. Significa que nuestro ser, está comprometido con Dios, con alguien específico y cercano, o con un grupo de personas. El Señor en Su Palabra nos demanda: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Luego agrega: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. DIOS establece la esencia de la lealtad, a través de la relación de pacto con Su pueblo. Los rigores de la deslealtad traen tristeza al corazón. Quienes la han vivido, experimentan el abandono de otros que en el pasado se sirvieron de buenos consejos, dádivas, generosidad y el uso de nuestro tiempo y recursos. Un día cualquiera, se fueron y se olvidaron de lo que hicieron por ellos. La tranquilidad de quien da es la motivación para quien se hace. Jesús nos enseña que hay más alegría en dar que en recibir. Es más retribuido y recompensado entonces el que abre sus manos y su vida para vertirse en otros, que quien sólo recibe.

Todos hemos sido desleales e ingratos en nuestra relación con Dios, pero pese a eso y debido a su gran amor, EL PERMANECE FIEL. Cristo mismo experimentó la deslealtad de Judas cuando lo vendió y entregó. Echó por saco roto todas las enseñanzas de Jesús, en los últimos tres años de su vida. Termino amado lector recordandote la hermosa actitud que tomó la moabita Rut, cuando al morir su esposo, su suegro y su cuñado, decidió quedarse y no abandonar a su suegra, sino velar por ella hasta su muerte. Éste es un lindo ejemplo de lealtad y fidelidad para con alguien. Te invito a ser leal en tus relaciones interpersonales (familia, amigos, compañeros de trabajo y de ministerio). Pero se mucho más leal y sincero con tu Padre eterno, que dió a su hijo Jesús como regalo perfecto por amor a ti. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comparte el enlace de éste mensaje con tus amigos y familiares. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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