El mejor ejemplo de humildad.

La humildad no tiene que ver con la apariencia física, la forma en la que nos vestimos o las palabras que utilizamos al hablar. Detrás de la suave voz o la ropa desgastada de alguien, se puede esconder un arrogante y orgulloso. La verdadera humildad, va asociada a reconocer quienes somos delante del Señor. Aceptar el error cometido y pedir perdón cuando le fallamos a Él y a los demás, denota un corazón humillado y rendido. Quien se humilla, le espera la exaltación y el reconocimiento. El que nunca reconoce sus faltas, muestra su arrogancia y se hace mentiroso delante de Dios. A la altivez le espera el camino de la humillación. La humildad es una virtud atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades y obra en consecuencia. Etimológicamente procede del latín humilĭtas, que a su vez proviene de la raíz humus, que significa tierra.

¿Eres o te pareces a alguien humilde?

A Dios no le impresionan nuestros logros y lo que sabemos. El prefiere que le digamos que no tenemos nada, pero lo necesitamos. Él ama a los ignorantes con un corazón enseñable. El hombre arrogante, orgulloso, endurecido y cauterizado por el pecado, Dios le mira de lejos. Acércate a él en éste inicio de semana, reconoce tus pecados y áreas de debilidad y dile que luchas con el orgullo, la suficiencia y la terquedad. No te dejes engañar por una vida de apariencia, mostrando a los demás alguien que no eres, sólo por quedar bien. Se un hijo de Dios en todo el sentido de la palabra. Modelamos con nuestra forma de vivir y actuar a Jesús. Recuerda que el se humilló adoptando la condición de un siervo y el Padre le exaltó a lo sumo.


Amamos, seguimos y servimos a un Rey humilde, que nunca se vanaglorió de quien era y de la misión que le fue encomendada. Jesús calló por amor y aceptó el juicio injusto que le fue impuesto. La cruz antecedió a la resurrección y la Gloria que después viviría. Tómate unos minutos para hincarte de rodillas delante del Señor y reconocelo como el único Rey de tu corazón. Que Él crezca cada día en tú corazón, pero tú, hazte pequeño cada vez más. Jesús es nuestro mejor modelo de humildad. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.

Pr. José Ángel Castilla

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2 Respuestas

  1. Amén. Buscar tener la actitud de Jesús, ser humilde como Jesús… pero de corazón!
    No es fácil, este mundo no ayuda mucho pero, en Cristo todo lo podemos.

  2. Que bueno es aclarar que lo que comúnmente llamamos humilde no es el verdadero signinficado. Reconocer nuestra humanidad, nuestros errores, nuestra debilidad si lo es.
    Gracias Señor porque tus misericordias son nuevas cada día

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