AMULETOS

Tengo recuerdos de niño de ver grandes Biblias abiertas decorando el acceso de casas a dónde llegaba de visita. Me parecía algo bonito y me causaba curiosidad y me explicaban que ella nos protegía y comúnmente estaban abiertas en el Salmo 91. Vi cuadros con manos que representaban a Jesús y también se me explicó que ellas podian sanarme al igual que alcohol depositado en un vaso transparente que si lo ponía en la parte afectada del cuerpo curaba cualquier dolor.

Al ser adulto vi billetes de dolar guardados en billeteras para atraer la prosperidad y finalmente crucifijos en cadenas de oro o cualquier otro metal cumpliendo la misma función.

Todo esto eran AMULETOS, objetos a los que se les adjudicaba algún poder pero ninguno de ellos me habló, me abrazó, me consoló porque NO SON ETERNOS, no son Dios ni lo representan. Dios es más que todo eso. Ellos se rompen o quiebran y se semejan a quienes los fabricaron.

La pregunta que me hago es: ¿ Con cuál de todos estos amuletos o ídolos tuve relación?

Los cuadros no tienen oídos, el dolar no es mágico, si quiero ser prospero necesito trabajar y depender de Dios. La Biblia NO ES AMULETO DE NADIE y abierta de decoración no funciona si mi corazón no está abierto para recibir su mensaje y obedecerlo.

Un amuleto lo define el diccionario como: un objeto portátil al que se le atribuye un poder mágico capaz de dar salud o suerte o de beneficiar a la persona que lo tiene en su poder y lo lleva encima. La voluntad de Dios para el hombre está contenida en la escritura. Cuando quieras preguntar a Dios acerca de su voluntad para ti, lee la escritura, allí tienes todo lo que necesitas saber. TODO.

Dios no es entonces un mago ni Aladino para concederte tres deseos. No es tu amuleto que cargas encima para guardarte. EL ES DIOS, TEN UNA RELACIÓN PERSONAL CON EL. ESO LO CAMBIA TODO. Dios es Dios de procesos y nada ocurre por casualidad en esta vida.

Confía solo en El. Los ídolos no MUEREN O SE SACRIFICAN POR TI, Jesús murió en un madero para darte vida y salvación.

Dios no ha terminado contigo. Si te bendijo esta entrada, suscríbete y bendice a otros difundiendola.

Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla