Perder para ganar

La Palabra de Dios nos insta a Buscar el Reino de Dios y su justicia, y TODAS las cosas por las que tanto corremos, nos esforzamos y preocupamos en la vida, vendrán por añadidura. El común denominador de la gente, no quiere perder y le tiene miedo a morir. Suena algo paradójico, que el Señor nos enseñe a PERDER la vida por su causa. Cuando determinamos seguir al Señor, seguimos también sus pisadas. Así cómo el se ofreció en servicio abnegado por los necesitados, así mismo estamos llamados a servir a los demás. QUIEN NO SIRVE, BUSCARÁ SER SERVIDO y ese no fue el ejemplo de Cristo. Un verdadero discípulo se preocupa por que otros conozcan del amor de Dios, edifica corazones dolidos y busca suplir la necesidad espiritual de aquellos, que caminan en ésta vida sin esperanza.

Comparando a Jesús con el grano de trigo que cae en tierra, se rompe y luego fructifica, así mismo el Señor murió para llevar mucho fruto. Nosotros también debemos “caer en la tierra y morir” para darlo también. Hoy en día, es triste ver que el concepto de “salvar la vida”, se enfoca en los intereses egoístas del corazón. Se antepone el beneficio personal, antes que hacer la voluntad de Dios. Cada uno usa su vida, abusando de su libre albedrío y no mirando las consecuencias de sus actos, porque creen que todo termina cuando mueren. ¡Cuán equivocados están! Sin Cristo en el corazón, no hay cielo que los espere, y el eterno fuego del infierno será su destino. No salves tu vida de forma equivocada, sólo ambicionando las riquezas de éste mundo. Tampoco te entregues a los placeres de la carne, olvidando someterla y procurar agradar a Dios.

Revisa tus prioridades en donde todo gire en torno a la familia, el deporte o la recreación, pero Dios fue desplazado del centro de tu vida y de tu agenda. Hay tiempo para todo, pero no para orar o leer la Biblia. “Quien quiera salvar o aferrarse a su vida”, son todos aquellos que quieren “estar libres”. Pero esta libertad para dar rienda al pecado, no es verdadera libertad, sino ESCLAVITUD. Somos esclavos de Jesús, no siervos del pecado. Recuerda soltar tu vida y tomar la resolución de vivir por Cristo y para Cristo. Nunca olvides que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz inicio de semana.

Pr. José Ángel Castilla