
El Señor nos insta en Su Palabra a que confiemos en Él, porque nadie mejor que Él conoce los anhelos más profundos de nuestro corazón y está comprometido a cumplir Su propósito en nuestra vida. Este tiempo de cumplimiento de Dios no es instantáneo, puede tomar largos momentos de espera, en donde podemos sentir que nada pasa porque todo hace parte de Su plan divino para prepararnos, fortalecernos y guiarnos hacia algo mayor. Hay muchos anhelos cumplidos en mi vida amado lector. En treinta y tres años de relación con Dios, mi corazón no ha dejado de ser formado. Sigo expectante con deseos que aún no se dan, pero ellos me llevan a depender más y más en Dios, sin caer en la frustración o la amargura. Mientras mi mirada siga puesta en el dador de la vida, sea que los deseos los vea mientras viva o no, nada me hará desistir o menguar en mi relación de amor con Dios.

Dios trabaja en lo invisible. Aunque no veas lo que hace, Él obra en cada momento de tú vida. Cada lágrima derramada, cada esfuerzo entregado y cada oración elevada con fe, han sido sembrados en Su reino, y han hecho en el cielo un depósito especial. Dios nos promete, que nada de lo que hagamos en Su nombre será en vano. Sus tiempos son perfectos y sus planes para nosotros son de bien y no de mal. Tal como el salmista lo expresa en el capítulo cincuenta y seis del libro de los Salmos: Él lleva la cuenta de todas nuestras angustias y ha juntado toda lágrima derramada en Su frasco. Te motivo entonces a levantarte y seguir avanzando, no permitas que el desánimo te detenga. Confía en los planes de Dios, aunque los tuyos no se hayan cumplido como esperabas. Eso no significa que Dios se haya olvidado de ti, ya que Él tiene el poder de restaurar todo lo que se perdió y de abrir nuevas puertas que nunca imaginamos que pudieran abrirse. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
2 Respuestas
Gracias por este mensaje, Dios es bueno. Lo recibo
Amen