
Cuando nos sentimos sólos, padecemos de alguna molestia física o enfermedad y nuestra mente está agobiada de incertidumbre, nos surge una silenciosa y peligrosa pregunta en el corazón: ¿Se habrá olvidado Dios de mí? En ciertos momentos, las circunstancias gritan fuerte y nos dicen que Dios no está allí o se olvidó de nuestra situación. Sin embargo, la Palabra de Dios nos responde con una certeza poderosa a esa pregunta: ¡Dios nunca nos olvida! El profeta Isaías en el pasaje de hoy, nos entrega una “promesa viva”, para todos aquellos que sienten que los abandonaron en el camino de la vida. Así se sintió el pueblo de Israel, por eso el Señor les responde con la comparación del amor de una madre por su bebé. El amor de Dios supera incluso, el amor más profundo que podemos imaginar: el de una madre por su hijo. Aun si una madre llegara a olvidarse de su bebé, algo que resulta casi inconcebible, Dios afirma que Él jamás se olvidará de nosotros. Su memoria y su fidelidad no dependen de nuestras obras, de nuestras emociones ni de nuestras circunstancias. Dependen de Su pacto eterno de amor.

El profeta Isaías continúa diciendo en el versículo dieciséis: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.” Estas palabras del profeta resultan conmovedoras y animan nuestro corazón. Nuestros nombres no están simplemente escritos en un libro o en un recuerdo pasajero. Estamos grabados en las palmas de las manos de Dios. Somos como una marca permanente e imborrable. Cada vez que el Señor mira sus manos, piensa en nosotros, ve nuestras necesidades, nuestros anhelos, nuestros temores y mira todas las batallas que luchamos. Dios ve nuestra vida entera. Cuando Jesús fue crucificado, sus manos fueron atravesadas por clavos. En un sentido profundo, las marcas en Sus manos se convirtieron en testimonio eterno de Su amor por nosotros. Cada herida en el cuerpo del Señor habla de la promesa: “Nunca te olvidaré”. ¿Lo recibes amado lector? Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
2 Respuestas
Gracias Dios por tus cuidados y amor infinito. Te amo!
Amén por amor a nosotros mí amado JESÚS dio su vida.. por eso el nk se olvidará de nosotros.
Gracias mi precioso JESÚS. Por amarnos con amor eterno. Te amo ❤️🙏🏼🕊️🙌🏼