Dios no hace nada a medias ni su protección es temporal con su creación y con nosotros sus hijos. Debemos tener la seguridad y la certeza, de que él todo lo hace bien y aunque a veces no entendamos el por qué de lo que ocurre, ÉL NOS ESTÁ CUIDANDO BIEN. Guarda amado lector, ésta verdad en tu corazón y repítesela a tu alma una y otra vez. Si el te cuida bien, no tienes por qué temer por tu futuro y el de tú familia. Porque él te cuida bien, aún en el día gris o en el peligro más extremo, su poderosa intervención a favor de tu vida te sorprenderá. Hace algunas semanas en los días en los que debido al afán en el tráfico por los festivos días de carnaval de la ciudad, ví las imprudencias de conductores que me cerraban, otros en contra vía y hasta un jóven domiciliario en bicicleta que arriesgando su vida atravesó una avenida sin mirar que yo iba en el sentido de mi vía y al no verme se cayó y pude arroyarlo. Los afanes de la vida pueden llevarnos a correr y correr y no ser conscientes del peligro que somos para los demás si no tomamos precauciones y nos concentramos en el volante de un vehículo o en el manubrio de una bicicleta cuando transitamos. Luego de un susto tan grande como ése no me cabe duda de que: DIOS ME ESTÁ CUIDANDO BIEN.
Piensa por un instante en esa oportunidad en la que corriste peligro y pudiste morir, pero viste la poderosa mano de Dios rescatandote. Te invito a estar alerta y entregar a Dios cada una de tus preocupaciones y ansiedades en las manos del Señor. No retengas nada, no des lugar al diablo y sus maquinaciones para hacernos caer. Déjalo ser un león rugiente y hambriento que no tiene lugar en tu vida para poder devorarte. Dios está contigo y te ha dado la victoria. Así como cuidó de mí, también lo hará contigo porque EL NOS ESTÁ CUIDANDO BIEN. Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
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Próximamente mi contenido del blog en vídeos.
Abrazo fuerte.
Pr. José Ángel Castilla
