Un ex-presidente de la República de Colombia hizo célebre una frase, durante sus ocho años de gobierno y fue: \”Trabajar, trabajar y trabajar\”. Traigo a colación esa expresión, no para criticar si la gestión del ex mandatario fue buena o no, sino porque el pasaje Bíblico de hoy hace mención al esfuerzo con el que trabajamos. Un día entregaremos todo el fruto del mismo, en manos de herederos inútiles que no valorarán el agobio ni el sacrificio con el que lo conseguimos. El problema radica en que nunca les enseñamos a conseguirlo. He visto familias cuyas herencias se perdieron al poco tiempo de entregadas, porque los que se beneficiaron de las mismas, las derrocharon al nunca ponerlas a producir.

Salomón en este pasaje nos habla de eso. Él llama tragedia a entregar el fruto que conseguimos trabajando con sabiduría, conocimiento y destreza, a quiénes en algunos casos, desconocen totalmente cómo conseguirlo. Como padres tenemos que sembrar emprendimiento en nuestros hijos. No llevarlos a depender de empleadores toda la vida, sino levantar una generación de empresarios de Reino que teman a Dios y administren bien.

La holgazanería no le agrada a Dios y por tanto debemos sembrar en nuestros hijos, el valor de nunca practicarla. Todo padre tiene que visionar y lanzar a sus hijos. Esto es un legado que pasará de generación a generación. Tampoco es correcto que teniendo con qué, los padres en su egoísmo de sentirse \”dueños\” de lo que se esforzaron en lograr, se olviden de apoyarlos para que emprendan estudios y negocios.

En el corazón de Dios no existe el egoísmo. Eso no debe reinar en el hogar de los hijos del Señor. Procura modelar estas cápsulas de sabiduría a tus hijos y futuras generaciones. El Dios dueño del oro y de la plata de éste mundo, te ama y no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla