
Todos hemos sentido miedo en diferentes momentos de nuestra vida. Quien diga que no, miente o finge una falsa seguridad de algo que no corresponde a la realidad del ser humano. Al llegar a Cristo recibimos identidad y fuerzas nuevas, pero también recibimos de SU AMOR, el cual se lleva TODO TEMOR. Quienes han sido fieles a la lectura de este blog, saben que en entradas anteriores, he compartido que antes de conocer al Señor, llevaba la bandera 🚩 del miedo bien en alto. Uno de los mayores miedos que Dios me quitó fue el de morirme. El día que parta de esta tierra a la eternidad, mi seguridad está basada en la salvación que Cristo Jesús ya preparó para mí en la cruz del calvario. Mi deseo y el de cualquier cristiano es estar con el Señor, entonces, ¿Por qué tener miedo a ese momento? La Biblia nos entrega 360 promesas asociadas a confiar en Dios en medio del temor, es decir, que cada día de tu año y por siempre, te puedas sentir seguro en Él.

Mi seguridad entonces no viene de mis fuerzas propias, proviene de aferrarme a sus promesas. Ellas son mi ancla y fundamento en que sé QUIEN SOY EN DIOS, y me SIENTO AMADO por Él. Su amor me levantó y entregó un buen autoestima. Mi corazón puede ahora sentir plenitud en el Señor. Entendí que SÓLO DIOS me puede hacer 100% FELIZ. Antes de conocer ese amor, tenia miedo a casi todo. HOY ESTOY SEGURO EN DIOS y mis grandes peticiones son: No perder mi salvación por desviarme de sus caminos, que mi familia inconversa conozca el amor más grande revelado a los hombres: Jesús. Y finalmente que mi herencia de nombre Sofía, cumpla los planes por los cuales Dios un 25 de agosto decidió traerla a este mundo. Por más grandes que sean nuestras circunstancias no podemos estar jugando con las palabras y decir en un mal momento que lo mejor es morirnos.
Hoy con esta entrada, quiero llevarte a reflexionar sobre la vida eterna y la presencia del Señor. Hay personas que no sienten a Dios, carecen de conciencia de eternidad y no les importa si al morir se irán al cielo o no. No sienten temor de Él, por eso se comportan deliberadamente y sin límites, llevando su vida al borde y tentando al Señor en todo.
El Señor es real, no necesitas verlo. No hagas ver que tus problemas son más grandes que Dios. Reconoce en Él que todo lo sabe y tiene el poder para ayudarte. Dios no se fatiga, no se cansa y no sale de vacaciones. Te ama y está en permanente control de nosotros. Lo sientas o no. Luego de leer y meditar, responde: ¿A qué le tienes miedo? Renuncia al temor y abrázate al infinito amor del Padre, manifiesto en la persona de Jesús. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de esta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
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Un temor que siempre he tenido desde que forme un hogar es no poder proveer. Y Dios atraves de mis oraciones siempre me ha mostrado que mientras camine con El, nada faltara. Solo puedo decir que lo amo tanto, porque Dios es fiel y todopoderoso.
Como siempre comparto, Dios es bueno en todo momento.
Sea Dios bendiciendo los ricamente.