El apóstol Pablo se encontraba preso en una cárcel romana y en peligro de muerte. No estaba en una posición cómoda ni de tranquilidad, sino desde la angustia de una situación de profunda turbación: Cloacas nauseaundas, cadenas que lo sometían, humedad en incomodidad. No es fácil experimentar todo eso sin quejarse ni renegar. Sólo la acción del Espíritu Santo, nos puede ayudar a sobrellevar momentos como éstos. Lo opuesto a la amargura no es la alegría, es decir, estar contentos, sino el contentamiento. Pablo había aprendido a contentarse, que no es lo mismo que estar alegre frente a cualquier situación que se le pudiera presentar. La clave amado lector, para poder tener una actitud tranquila frente al momento adverso es: APRENDER A ADAPTARSE Y ACEPTAR CUALQUIER SITUACION. Quien aprende está lección, pasará DE LA INSATISFACCION o AMARGURA, AL CONTENTAMIENTO.
¿Qué quería decir Pablo cuando afirmó: «He aprendido a contentarme»?
La palabra griega: autarkeia, nos ayuda a comprender mejor este significado. Quiere decir: NO DEPENDER DE, sino ESTAR POR ENCIMA de las circunstancias. El énfasis está en la autonomía y dominio propio de no quedarnos ligados a los acontecimientos o problemas. Pablo nos dice que el contentamiento es: Estar por encima de los eventos que nos ocurren, sin quedar atrapados por ellos. Si hacemos depender por completo, nuestro ánimo de las circunstancias diarias, nuestra vida se convertirá en una montaña rusa de emociones extremas.
Lo que nos hace felices o desdichados, no son las circunstancias, sino nuestra actitud ante ellas.
Paul Tournier.
Sea que lo tengamos todo o que carezcamos de todo o casi todo, aprendamos el contentamiento de vivir en ambos extremos. Pero nuestra mayor ancla será el saber, que: TODO LO PODEMOS EN CRISTO QUE NOS FORTALECE. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Ayer estrenamos el segundo capítulo de la segunda temporada de Cápsulas de fe. A continuación te dejo el vídeo por si aún no lo has visto.
