Estamos tan aferrados a la vida terrenal que muchos sienten miedo al hablar de la muerte y a otros les importa poco el tocar el tema. La vida eterna realmente la definen las decisiones que tomamos mientras transitamos en esta tierra. No existe forma que al morir vayamos a un lugar seguro, si estando vivos no le entregamos nuestro corazón a Cristo Jesús. La Salvación proviene de la confesión voluntaria con nuestra boca y creyendo con todo el corazón en el sacrificio en una Cruz. No hay otro camino. La historia tradicional que escuchamos, se basa en salvación por obras, pero ellas no son la llave a la eternidad. Es por gracia para que nadie se gloríe.
La últimas palabras que sostuve con mi mamá dos días antes de morir, tuvieron que ver con salvación. Oré una vez más por su sanidad física pero también por la de su alma. Le recordé aquella última noche en que escucharía su voz, que su corazón le pertenecía a Jesús y le canté una alabanza mientras le suministraban oxígeno para ayudarle a respirar. Las últimas palabras que le oí decir fueron: \” Papi, mi vida le pertenece al Señor\”. 41 horas después, el Señor se la llevó a Su Presencia. No dudo del lugar donde se encuentra ahora. He allí mi tranquilidad.
Hay personas que creen que la vida es solo comer, beber, trabajar, hacer dinero, criar hijos y listo. Se olvidan de la eternidad. La vida es CRISTO. Si Él habita en tu corazón, la vida está dentro de ti y eso define tus prioridades, tus decisiones y tus restricciones. Tristemente he escuchado personas decir que no se arrepienten de nada de lo que han hecho. Sea bueno o malo mi amado lector LE RENDIREMOS CUENTAS A DIOS. La Biblia dice que el corazón contrito y humillado jamás el Señor lo despreciará.
Vela que Jesús sea el centro de tu vida y esa será la garantía de tener un boleto al cielo. La tierra tiene muchos lugares hermosos donde pasear y vivir, pero al morir solo habrá dos destinos y dos boletos: Eternidad en Cristo o separación eterna del Señor, no hay limbo ni punto medio. Pídele hoy al Señor la vida eterna a través de Jesús, recibe su amor y perdón. Feliz fin de semana. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Bendice a tus amigos y familiares reenviando el link de ésta reflexión. Deja tu comentario al final.
Abrazo fraterno. Pr. José Ángel Castilla