Ojo por ojo

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El deseo de venganza nace en el corazón humano, producto de la inconformidad y rabia contenidas por la falta de perdón y la amargura hacia quienes nos han hecho daño. El anhelo personal de que nuestros agresores, paguen por las faltas que nos hicieron, puede llevar a los más bajos instintos tocando las más oscuras áreas no tratadas ni sanadas del corazón. Esos lugares antónimos a Dios, no hemos permitido que la luz de Cristo los alumbre. La expresión ojo por ojo y diente por diente, nace en la ley del Talión y lo menciona nuestro Señor Jesucristo en el sermón del monte.

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Según el diccionario, «talión» significa una pena igual a la ofensa y la ley del talión consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó. Hoy te invito a reflexionar sobre qué persona deseas que pague y sufra por el agravio que cometió contra ti. Mientras no soltemos esos sentimientos mal sanos y corruptos, cargaremos nuestras mentes y corazones contaminando nuestra relación con Dios. La Biblia es enfática al enseñar, que no debemos vengarnos por cuenta propia, sino dar lugar a la venganza del Señor sobre la situación y las personas sobre quiénes nos sentimos dañados. Nunca debemos disfrazar la venganza detrás de versículos bíblicos donde deseamos el mal a otros. Allí no opera Dios mi amado lector.

Por amor a Dios y obediencia a Su Palabra he sido visto a los ojos de los hombres, como tonto e idiota por obrar mansamente ante situaciones difíciles de orden familiar que afronté hace algunos años. Me ha tocado literalmente entregar mi camisa, mi abrigo y poner ambas mejillas (haciendo alusión a las palabras de Jesús), en muchos casos obrando con nobleza. Este mundo sólo desea pagar mal con mal y eso no es lo que Dios quiere que hagamos. Mientras los corazones dolidos por el rencor, no se rindan a Jesús y comprendan sus palabras, habrá hambre de venganza frente a la injusticia.

El dolor del corazón es muy mal consejero. SI NO PERDONAMOS DAÑAREMOS SIEMPRE a los demás. La venganza se manifiesta a través de murmuraciones hacia quienes nos hicieron daño, y deseos malsanos de que les sucedan cosas negativas. Es doloroso hablar de estos temas, pero el corazón del hombre es corrupto por naturaleza. Si tienes luchas fuertes en tú corazón, y evidencias señales de venganza hacia otros, murmuras permanentemente, quiere decir que se ha sembrado una raíz de amargura, que te llevará tarde que temprano a vengarte, sino perdonas y renuncias a esos sentimientos, en el nombre de Jesús.

Bendice y paga con bien todo el mal que te han hecho. No busques por ningún motivo vengarte por muy grande que sea la falta que cometieron contra ti . Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final.

Pr. José Ángel Castilla

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0 comentarios en “Ojo por ojo”

      1. Javier Gonzalez

        Amén Pastor, reconozco que es difícil en muchas situaciones, pero debemos ser humildes para dejar que obre el.Señor en esas situaciones. Excelente día

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