MANIQUÍES

\"\"

Hace muchos años escuché a un predicador que admiraba, decir que la vida de un cristiano se le comparaba a una Biblia que camina, o a un Cristo pequeño. Esa frase me hizo meditar tanto, que me vi reflejado en la segunda expresión. Somos Cristos pequeños, reflejos vivientes y contemporáneos de Jesús en la tierra. Donde quiera que seamos puestos, allí somos vistos por todo el mundo. Desde ese lugar alumbraremos y también nos haremos notar.

Cómo los maniquíes de una vitrina de una tienda de ropa. Todos pasamos los observamos, los detallamos y según lo bien que luzcan, será atractivo ingresar al lugar y comprar la prenda que llevan puesta. Muchas veces al comprar ropa, he terminado llevando la camisa o Jean del maniquí, porque es la que me gustó, es de mi talla y hay disponibilidad para llevar. Somos entonces como maniquíes. Nuestra vida y buen testimonio es el vestido (el amor de Dios) que llevamos puesto y que puede ser observado por todo el mundo.

\"\"

Hay una gran responsabilidad en ser, pero también parecernos a Jesús en la forma de hablar, de comportarnos. Aún estando en silencio hablamos a otros del amor de Dios en nosotros. Hay personas que poca importancia le prestan a lo que hacen y dicen y terminan mostrando una imagen distorsionada de Dios, que cuando las observan los demás dicen: ¡Y eso que es cristiano!

Cuida tu forma de hablar, de vestir, de tratar a tu prójimo. Muestra a Dios en tu vida diaria y estarás abriendo una brecha por donde fácilmente lleguen a los pies del Señor los corazones más endurecidos de miembros de tu familia. Las lámparas se encienden e irradian luz y claridad en donde son puestas. Aunque no hablen, cumplen su función: alumbrar.

Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Se luz y sal y alumbra a otros, así como tú también fuiste alumbrado. Feliz fin de semana para todos. Abrazo fraterno. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final.

Pr. José Ángel Castilla

Haz que este articulo le llegue a más personas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top