El hombre más rico y poderoso del mundo en los tiempos bíblicos fue también muy sabio. Tuvo todo lo que deseó. No se negó nada. Ese hombre se llamó el rey Salomón. Siendo jóven aún le pidió al Señor sabiduría para reinar y por cuanto Dios se agradó de su petición, le añadió riquezas. Ese sabio escribió tantas reflexiones, entre ellas el título del artículo de hoy. Así es la vida, una simple y mera vanidad.

Tanto corremos y nos esforzamos, tanto nos estresamos por complacer y buscar hacer felices a otros, que somos infelices por dentro tratando de encajar en los moldes de complacencia que nos coloca la sociedad. En el fondo nos amargamos tratando de perseguir al viento, como el mismo sabio también menciona.

Hay siete búsquedas incansables que nos llevan a afligirnos y por las que luchamos, de forma errada los seres humanos y que encontramos en el libro de Eclesiastés. Ellas son:

1. BUSQUEDA DE SALUD Y LONGEVIDAD.
2. BUSQUEDA DE CONOCIMIENTO.
3. BUSQUEDA DE PLACER.
4. BUSQUEDA DE LOGROS.
5. BUSQUEDA DE RIQUEZA.
6. BUSQUEDA DE SEXO.
7. BUSQUEDA DE FAMA.

Detente en cada una de ellas y piensa si buscar agradarte y complacerte a ti mismo, te ha llevado a apartarte de Dios. Si ellas se volvieron tu dios, tu prioridad, tu afanarte e intentar correr tras el viento. Por ello Salomón sabiamente termina el libro diciendo: \”Acuérdate de Dios antes de envejecer\”. Toda la vida no serás jóven y nada por lo que corriste tanto, te cabrá en el ataúd cuando partas a la eternidad.

Pide perdón al Señor ahora y toma la decisión de consagrarte para El. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares.

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Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla