En medio de un mundo globalizado donde el acceso a la información y el conocimiento sin control abunda, muchas personas pueden confundir la diferencia entre sabiduría, inteligencia y habilidad. Sin embargo, la Palabra de Dios establece un fundamento distinto: “La verdadera sabiduría comienza con el temor de Dios”. Sentir éste”temor”, no se refiere a un miedo paralizante, sino a una reverencia profunda, un respeto y una sumisión a la autoridad de Dios como Creador y Señor. Temor a Jehová, es reconocer que Él es soberano, que sus caminos son más altos que los nuestros, y que su voluntad es buena, agradable y perfecta. Esta actitud humilde y reverente de un corazón temeroso, abre las puertas a la instrucción divina. Quien teme al Señor, no vive dominado por el orgullo, ni toma decisiones según su criterio personal, sino que busca la guía divina con diligencia. El principio de la sabiduría no es sólo un punto de partida, sino un fundamento continuo.
En cada etapa de nuestras vidas, la sabiduría de Dios nos llama a someternos a Su verdad. Esto implica aprender a escuchar su Palabra, aceptar su corrección y caminar en obediencia, aunque no sea fácil vivir el proceso. El libro de proverbios, contrasta al sabio con el insensato. Mientras el sabio valora la enseñanza y crece por medio de ella, el insensato la rechaza. Esto revela una verdad espiritual poderosa: solo los humildes pueden ser enseñados. El corazón orgulloso no puede adquirir sabiduría, porque no se dispone a aprender ni a reconocer su necesidad de dirección. En conclusión, vivir en el temor de Dios, significa tomar decisiones basadas en principios eternos, no en emociones momentáneas. Significa también perdonar cuando duele, hablar con verdad aunque sea incómodo, y mantener la integridad en lo oculto. Estas decisiones no siempre traen recompensas inmediatas, pero construyen una vida estable, honesta y bendecida.
Esta semana nuestro blog está de aniversario. Desde el año 2.019 y de forma ininterrumpida, he escrito artículos inspirados en la Palabra de Dios y en mis experiencias espirituales. Doy gracias al Señor, por cada lector fiel cuyo corazón, ha sido ministrado por mis escritos. Déjame tu comentario, qué es lo que más te ha impactado de éste blog.
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Pr. José Ángel Castilla
