
Hace muchos años aprendí una frase de alguien que quise mucho y que me repetía muchas veces: “Has lo que te dicte tu corazón”. Aún no conocía al Señor ni conocía a profundidad su Palabra. Cuando comprendí que el corazón es engañoso, le entregué entonces la dirección de mi vida al Señor y le permiti el poder escudriñar mi corazón y mostrarme lo que a él no le agrada. El pasaje de hoy, el salmista pide ser examinado sin temor alguno a la luz de Dios. David pide una revisión total de su corazón, el centro mismo de su ser. Como creyentes maduros, no huimos de ser examinados por Dios. Hace cuánto no le permites a Dios, examinarte emocional y espiritualmente? Nuestra alma tiene pensamientos ocultos tales como: dudas, temores, resentimientos y orgullo. Cuando él nos escudriña, lo hace para purificarnos y nunca para humillarnos. Hoy es un buen inicio de semana para pedir al Señor que nos muestre lo que pensamos cuando nadie nos ve.

El pasaje continua diciendo: “Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”, ésto es reconocer que somos vulnerables y por consiguiente, con alta posibilidad de volver a fallar y cometer un error. Creo entonces que en ese examen divino, debemos pedirle que nos sean revelados los pecados ocultos y nos dirija siempre a ser transformados y guiados. Dios nos lleva por la senda de la verdad, siendo justos y manteniendo viva la llama de la comunión con Dios.
Recuerda que Él no ha terminado contigo.
Abrazo fuerte para todos.
Pr. José Ángel Castilla