
Hace varios años experimenté un dolor indescriptible en mi cintura. Un fuerte cólico renal me terminó llevando al quirófano, para realizarme la extracción de varios cálculos. El cirujano me explicó después de la cirugía, que el dolor experimentado se semejaba a un parto. En el pasaje del día de hoy, el apóstol Pablo manifiesta un amor paternal hacia los creyentes de Galacia. Aquí se muestra también la preocupación y un profundo anhelo espiritual por el corazón de esos creyentes. Comienza el pasaje diciendo: “hijitos queridos”, mostrando en sus palabras, afecto tierno y su rol como guía espiritual. Discipular no es solo enseñar doctrina, sino amar genuinamente, dar acompañamiento y orar por el crecimiento de la persona que pastoreamos. Un pastor y un líder espiritual, deben pastorear con ternura, no como señores y jefes de la gente, sino padres que se preocupan por la formación espiritual.

Pablo dice que “vuelve a sufrir dolores de parto”, como si tuviera que empezar de nuevo su proceso de crecimiento y discipulado. Todo por el amor a los gálatas. Entonces, el proceso de madurez y crecimiento espiritual demandará esfuerzo, paciencia y el sacrificio. que implica ver a alguien madurar en Cristo.
El crecimiento espiritual de alguien que amamos, nos dolerá, pero siempre valdrá la pena, porque el fin será ver a Cristo formado en ellos. Por eso titulé el artículo de hoy con el nombre: Hasta parecernos a Cristo. El deseo de Dios y de todos los líderes espirituales de forma intencional, formar el carácter de Cristo en cada corazon. No solamente hacer seguidores sin proposito o con uno equivocado. Éste proceso va más allá que sólo aceptar a Jesús; hay que ser transformados por Él desde adentro. Pidamos al Espíritu Santo que evalúe nuestras vidas y podamos preguntarnos si de verdad Cristo está siendo formado en nosotros o nuestra prioridad en los caminos de Dios es otra. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla