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Podemos llegar a enfrentar momentos donde nos sentimos agotados. Asumimos desafíos y retos que parecen inalcanzables y adversidades que nos drenan la fuerza, haciendonos sentir débiles. Como hijos de Dios, no podemos prestar atención a pensamientos en donde nos vemos sólos o desprovistos de recursos. El Señor nos ha entregado una hermosa promesa de fortaleza y de victoria en medio de las dificultades. El profeta Isaías nos enseña en el pasaje de hoy, que aunque nuestras fuerzas humanas se agoten, ESPERAR EN EL SEÑOR, nos hará renovar las fuerzas. Esto significa que cuando confiamos en Dios, encontraremos un poder que va mucho más allá de nuestra capacidad física y emocional. Así como las águilas que se elevan por encima de la tormenta, el Señor nos permitirá superar toda circunstancia y avanzar en la vida con determinación. Cada vez que enfrentamos algún desafío, tenemos que enfocarnos en Dios Todopoderoso, quien nunca se cansa ni se fatiga. Él es fuente de fuerzas nuevas y multiplicador de las que ya tenemos. Su poder opera en nuestras debilidades, permitiéndonos alcanzar lo que parece imposible.
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El profeta Isaías, luego de explicar toda la grandeza y la Gloria de Dios, nos habla acerca del beneficio dado por Él y es entregarnos Su gran poder. Es interesante que esa promesa de poder, Dios se la entregue a los cansados y a los que perdieron la fuerza. Al orgulloso y a aquel que confía en su propia sabiduría y fuerza, no recibirán ninguna fuerza de parte de Dios.
A aquellos que se creían fuertes se tendrán que dar cuenta de que son débiles. Dios reserva fuerzas, para todos aquellos que saben que están cansados y saben que las necesitan. Las fuerzas se reciben mientras esperamos a Jehová. ESPERAR no significa sentarse pasivamente hasta que el Señor haga algo. Dios nos da fuerzas, mientras lo buscamos y confiamos en Él, en lugar de nuestras propias fuerzas. Si somos débiles en algún area de nuestra vida, es porque no hemos aprendido a esperar en Jehová. Las fuerzas se renuevan cada día y hoy es un buen día para meditar y descansar en éste pasaje. Tenemos las alas espirituales como las de un águila. Extiendete a volar y descansa en el Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
Pr. Jose Angel Castilla
Una respuesta
Excelente palabra pastor me llego en el mejor momento de mi vida.
Gracias