Que gran problema en la vida es sentirnos suficientes de conocimiento y experiencia que no nos quepa un consejo más o la dirección sabia de alguien maduro. Tengamos la edad que tengamos, los seres humanos necesitamos seguir recibiendo instrucciones. Es una bendición que alguien sabio pueda guiarnos y corregirnos cuando erramos, en aras de avanzar hacia nuestro propósito de vida. Me ha pasado muchas veces en que me he tenido que callar y hacerme a un lado cuando he atendido en consejeria más de una vez, a personas tercas. ¡No prestan atención!, ¡Te sientes perdiendo el tiempo! Cuídate que no te pase lo mismo.

La palabra en este pasaje nos promete que Dios es un guerrero poderoso y todos aquellos que se metan con uno de sus hijos, caerán, fracasarán y serán deshonrados. Esto nos entrega seguridad y protección. No hay lugar entonces al temor que nos esclaviza y paraliza. Cuando es Dios quien toma las riendas de tu vida, se vuelve tu verdadero jinete. El te llevará a donde quiera, al mejor lugar que debamos estar. Si no es el Señor quien te conduce, entonces lo harán falsos jinetes como el pasado con sus malos recuerdos, resentimientos, temores y la culpa por haber fallado a personas y a Dios. Otro falso jinete que buscará dirigirte será la necesidad de aprobación.

El hombre sin propósito es como un barco sin timón, un soplo, nada, nadie.

THOMAS CARLYLE

En la vida no podemos agradar a todos, esto conduce al fracaso. No te dejes guiar del stress ni tampoco el sentirte vacío y sin deseos de avance. Estás caminando en la búsqueda del propósito de Dios en tu vida. Si tu jinete se llama Jesús lo descubrirás y seguirás viendo Su Gloria. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario en la caja respectiva al final de éste artículo. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.

Pr. José Ángel Castilla