Alégrate en el Señor amado lector. Él continúa haciendo cosas nuevas a tu favor. Aunque aún persistan situaciones de dolor en el corazón, Alégrate y no te enfoques en el quebranto, sino en la esperanza. Cuando Dios creó todas las cosas maravillosas que vemos en la creación, pensó también en crearnos a nosotros, por fuera pero también por dentro. Esa permanente renovación interior, nos entrega a diario una nueva visión, el inicio de una nueva temporada, mayores niveles de gozo y aún cuando todo parezca estancado, Dios continúa diseñando una nueva Jerusalén de alegría para ti. La historia de un hijo de Dios, no puede acabar en lágrimas. Ya no se escucharán más sonidos de llanto ni de clamor, Dios te promete un nuevo tiempo, donde el dolor quedará mudo porque su voz se apagará. El dolor que sufriste, no tiene la última palabra en tu vida.
Todo aquel que ha llorado pero derrama su llanto delante de Dios, debe abrazar la promesa de que el gozo del Señor está en camino. Nuestras lágrimas no son eternas, si así llegaste a pensarlo. El llanto de hoy, será la semilla del gozo de mañana, porque Dios convertirá los tristes días de lamento en danza. Espera plenitud duradera en el Señor, Él anuncia un nuevo tiempo, donde nada se perderá, ni la cosecha será robada, ni los sueños serán abortados prematuramente. El profeta Isaías continúa profetizando en éste pasaje, que ya no habrá más niños que mueran recién nacidos y que los más jóvenes vivirán hasta los cien años. Dios entonces promete alegría, estabilidad, largura de días y plenitud. Créelo ahora, porque Dios comenzará en ti algo duradero. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
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