El Señor camina con nosotros siempre. Su presencia es nuestra mejor compañía, para sentirnos seguros y vencer los obstáculos.
Dios abre puertas que nadie podrá cerrar. Lo que él en su soberanía ha preparado para nosotros se cumplirá en su tiempo perfecto. Prepárate para ver y entrar por esas puertas.