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El mundo está lleno de opciones y una amplia oferta de distracciones y oportunidades para tentarnos. El enemigo de nuestras almas buscará que nos mezclemos y contaminemos de todo cuanto nos rodea, para luego hacernos caer. No nos descuidemos nunca, vivimos en éste mundo, pero no le pertenecemos a él. Amado lector, quiero que reflexionemos en el pasaje de hoy, acerca de la vida del profeta Daniel. Un joven príncipe de Judá que se encontraba cautivo en Babilonia, pero en formación para el servicio real durante tres años. Estando en el palacio, podía probar de lo mejor que se servía en la mesa del rey, pero él tomó la decisión de mantenerse fiel a Dios y no contaminarse. Optó por obedecer al Señor, sólo comiendo vegetales y agua. Daniel no fue impulsivo ni emocional, cuando decidió obedecer a Dios. Él determinó en su corazón preferir agradar al Señor y ser diferente a todos los demás. Dios puso gracia en él frente al jefe del estado mayor de Babilonia. Los demás jóvenes en formación, no lucían tan saludables como Daniel y sus amigos al final de la prueba de diez días convenida. Cuando decides agradar a Dios, su favor está contigo en cualquier lugar donde te encuentres.
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Hoy Dios nos sigue haciendo éste mismo llamado, aunque el mundo nos quiera entrener para que descuidemos nuestra comunión con y contaminarnos de muchas cosas. Música que le hace apología a la incredulidad o la incitación al suicidio o el sexo desenfrenado hacen parte de lo que nuestros oídos reciben como bombardeo. Así mismo los vacíos y las heridas emocionales no tratadas, hacen que muchos caigan en adicciones que van desde la tecnología y las redes sociales, hasta la pornografía y las adicciones al sexo. El modus operandis del mundo es contaminante a nuestra forma de pensar, de vestir y hasta el hablar. Hoy te invito a tomar con determinación una decisión de no contaminarnos. De decir no a muchos ofrecimientos que comúnmente somos vulnerables en medio de algo que nos hace detonar emocional o espiritualmente. Así sucedió con Daniel. Propuso guardarse con un alimento distinto al que le ofrecía la mesa del rey. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fuerte para todos y feliz inicio de semana.
Pr. José Ángel Castilla
2 Respuestas
Estamos en el mundo pero les pertenecemos a Dios.. excelente 🙏
Que mensaje tan bonito lo admiro mucho esperando y confiando enDios en todo mommento