La misericordia de Dios se semeja a una larga cuerda que une dos extremos. Dios de un lado con deseos de sacarte del lodo cenagoso y del otro lado, nosotros asidos de sus nuevas oportunidades de salir del pozo y caminar hacia adelante.
Al foso profundo nos llevan diversas razones: Un pecado, una situación de injusticia, un faltante físico, etc. Hay instantes donde nos vemos sumidos injustamente como José en una cisterna seca arrojado por sus hermanos.
Un injusto pero formador momento que vivió el inmaduro hijo de Jacob, pero que era necesario que lo viviera para el propósito preservador que Dios tenía con él.
La sensación de orfandad producto del abandono de padres a hijos por muerte, divorcios o situaciones como falta de perdón u orgullo, dejan un daño emocional que nos define equivocadamente.
Allí es donde entra Dios para cubrirte, llenar cada vacío que deja un progenitor, un cónyuge, un hijo, un amigo. La misericordia de Dios en el ser humano es mejor que la vida.
Estos tiempos que vivimos, debemos extender cuerdas de compasión para los demás, así como Dios lo hizo contigo. Piensa en cuanta gente en confinamiento se siente sola, en necesidad de cosas físicas. Han perdido a un ser querido y no pudieron despedirlo porque las políticas de la cuarentena se lo impidieron.
Nadie se siente seguro lejos de Dios frente a la pandemia mundial que vivimos. Necesitamos de su misericordia. Pidamos sanidad del corazón y física de nuestra familia.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
La mano poderosa de nuestro creador es la que me sostiene en esta crisis mundial le da paz a mi alma y tranquilidad a mi espíritu
Amén. Gracias por su comentario. Bendiciones.
Dios a sus hijos nunca los suelta y eso he sentido en todo este tiempo nunca me ha soltado y me ha sostenido bendiciones pastor
Gracias hermano. Te bendigo. Nunca nos ha soltado ni abandonado nuestro buen Dios.
Excelente palabra Pastor. Dios continúe bendiciendolo enormemente. Un abrazo!
Muchas gracias por tu comentario Carlos. Te bendigo. Abrazo a Sandra y los niños.
Amén, si cada día Dios nos da sus misericordias es para que nos llenemos de fe, así mismo, debemos bendecir a los demás y hablarles de Dios para que ellos también tengan esperanzas en él. Bendiciones Pastor.