¡Declara la Palabra!

\"\"

Después de que Jesús culminó de enseñar el Sermón del monte a las multitudes que le seguían y que se deleitaban escuchándolo. Entra en Capernaum y a sus oídos llega el recado de un centurión, muy diferente a los demás soldados romanos. Éste era un hombre devoto, amable y humilde, el cual tenía un esclavo enfermo. Según la ley romana, un maestro tenía derecho a matar a su esclavo, si éste se enfermaba o se lastimaba hasta el punto de que no podía trabajar. El centurión no se creía digno de tener un encuentro personal con Jesús, por tal razón le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniera y sanara a su siervo. Jesús no dudó un instante en ir a la casa del centurión, pero las palabras de éste buen hombre fueron: \”Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo\”.

“Tu fe no asesinará a tu humildad, tu humildad no apuñalara tu fe, pero los dos irán de la mano al cielo como un hermano valiente y una hermana bella, uno audaz como un león y el otro manso como una paloma, uno regocijándose en Jesús y el otro sonrojándose a sí mismo”. Spurgeon

\"\"

Este centurión humilde y lleno de fe, que tenía bien claro el concepto de la autoridad, le pide a Jesús que declare la Palabra y su siervo sanaría. Éste hombre sabia que Jesús tenía toda AUTORIDAD, para ordenar que sus instrucciones se cumplieran de forma inmediata, así como él también tenía subordinados que obedecieran a sus órdenes. El centurión mostró una gran fe en la palabra de Jesús, así como nosotros debemos también creer a ciegas en que lo que dice el Señor se cumplirá. Tengamos la fe de éste centurión devoto, que entendió que Jesús podía sanar con su palabra tan fácilmente como con un toque. En mi ejercicio pastoral, muchas veces no he llegado a lugares en donde han estado personas enfermas, por restricciones médicas. Una oración con mucha fe grabada en audio 🔉 y enviada a los dispositivos móviles de sus familiares, ha sido SUFICIENTE para ver la Gloria y el poder de Dios.

No somos los hombres de fe, los autores de los milagros, será el poder de Dios en el nombre de Jesús quien logre la sanidad en la vida de la gente, conforme a su perfecta voluntad. Creo profundamente en el poder de una palabra declarada con fe, sobre personas o cosas. Lanza entonces palabra de sanidad y libertad, sobre enfermos de cáncer, personas en depresión y sin deseos de vivir. Así como el esclavo enfermo, fue sanado de forma remota por el poder y la autoridad de Cristo, ese mismo poder es activado en ti si tú lo puedes creer. Verás milagros y maravillas a tu alrededor. Éste pasaje de hoy me dice que humildad y autoridad sí pueden ir de la mano. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla

Haz que este articulo le llegue a más personas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top