El pueblo de Israel sintió miedo cuando salieron de Egipto y comenzaron a ver los ejércitos de Faraón detrás de ellos, y al Mar Rojo por delante. En el mundo físico y bajo la perspectiva de la mentalidad esclava de más de 400 años de yugo, no pensaron en otra cosa sino que morirían allí. Dios dirigió a Israel hasta ese lugar, para lo que parecía en su mentalidad frágil, una trampa.