No hay nadie con tanta fuerza y poder para sostenernos que los brazos del Señor. Si hay algo que mueve el corazón del Señor, es el infinito amor que siente por nosotros. Recuerda que nadie logrará amarte más que el Dios que te formó en el vientre de tu madre. Hoy te invito a abrazar esta promesa y hacerle frente a todo desánimo que te haga sentir menos de lo que verdaderamente eres: Un hijo de Dios.
Esa eternidad que nos promete el Señor está rodeada de paz. Allí no caben los problemas que tanto nos agobian en esta vida. No hay hospitales en donde cuidar y curar enfermos porque la plenitud de su poder sobre la enfermedad y la muerte, nos librará de esos yugos de opresión. Los eternos brazos del Señor nos sostienen hoy y nos sostendrán siempre.
Esta foto de mi hija cargada en brazos, me hizo recordar esta preciosa promesa escrita por Moisés en Deuteronomio. No hay brazos más fuertes en donde podamos refugiarnos que los del Señor. Déjate sostener por ellos y saca de tu corazón y de tu alma la aflicción y la tristeza que te agobian. En los brazos del Padre cobramos identidad y renovamos nuestras fuerzas y las ganas de vivir y salir adelante. Ten presente de que El gozo del Señor será tu fuerza aún en el momento más adverso que puedas experimentar.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Bendice a tus amigos y familiares reenviando el link de ésta reflexión. Deja tu comentario al final. Abrazo fraterno. Feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
Que hermoso 🤩 mensaje gracias señor porque me llevas en tus brazos siempre