Dos enemigos de la dependencia al Señor en instantes de necesidad, son: el orgullo y la suficiencia. Ambos nos impiden clamar, porque pensamos que nos las sabemos todas, nos creemos capaces de lograr y hacer todo en las fuerzas propias y terminamos haciendo todo sólos. Muchas veces Dios utiliza personas para hablarnos, ayudarnos y no las escuchamos, nos entregan consejos de vida y los pasamos por alto porque nos hacemos sabios en nuestra propia opinión.

Cuando nos hacemos independientes de Dios, la factura que pagamos es bien cara, terminamos estresados, enfermos y con una comunión con Dios muy pobre.

Sentirte experto no es suficiente para tener éxito en la vida. Necesitamos a Dios amado lector. Sin Él no somos nada. Jesús todo lo puede y venció la muerte. En sus padecimientos y sufrimientos nos entregó la victoria SOBRE la enfermedad, el dolor, el pecado y cada cosa que en tus fuerzas no puedas lograr. Nunca olvides que TODO lo puedes en Cristo que te fortalece.

Cuando le pedimos a Dios, El nos revela secretos de su corazón. Un Padre honrado siempre abrirá su confianza y bendecirá a un hijo fiel. La dirección de Dios es fundamental para vivir. Nuestro futuro está en sus manos. Búscalo y SIEMPRE lo hallarás.

Corre y llama a Jesús, el está listo para responderte, dirigirte, cubrirte y darte una nueva oportunidad si la necesitas. Recuerda que el no ha terminado contigo. Si te bendijo esta entrada suscríbete, comenta y comparte con otros.

Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla