Me toca mucho la forma de actuar de Dios en nuestros momentos difíciles. El permite que vivamos necesidad, para enseñarnos que está en control. Sentir el yugo de una enfermedad, para decirnos que El es nuestro sanador. Atravesar un momento de escasez, para El proveer todo lo que nos pueda faltar, conforme a Sus riquezas en Gloria. A raíz del procedimiento quirúrgico que me realizaron en días pasados, mi presupuesto se vio afectado en imprevistos propios de un post operatorio.

Al verme necesitado, dije que no me cargaría con nada y oré al Señor que supliera TODO lo que yo necesitara. Le pedí que enviara CUERVOS así como al profeta Elías, cuando fue sostenido en los tiempos de sequía junto al arroyo de Querit y estos le traian carne y pan, por la mañana y por la tarde.

Y el Señor ME RESPONDIÓ y cuervos \”humanos\” aparecieron enviados por El para proveer mi despensa, movilizarme en sus vehículos a vueltas médicas, personales y a mi hija al colegio. Inyectarme el antibiótico que me recetó el médico, orar por mi y ser soporte en un momento en que el dolor era tan fuerte que hasta mal humor sentí.

Vi en esos días los muchos detalles que me mostraron el infinito amor de mi Padre en la convalecencia. Corroboré que de lo que sembramos recogemos. Todo lo HIZO EL SEÑOR, a través de CUERVOS. Estoy más que agradecido con El, por sentirme un hombre amado por Su gracia y ver que vale la pena servirle. Amo y bendigo a cada cuervo que se dejó usar por El. Dios les recompense. Creo que no solo yo vi la bendición de cuervos en mi necesidad, también tu los verás. Declaro que CUERVOS aparecerán de parte del Señor con la respuesta y provisión que necesitas en tu sequía porque El no deja al justo desamparado ni a su descendencia mendigar pan. Dios no ha terminado contigo.

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Abrazo fuerte.

Pr. José Ángel Castilla