
Por un espacio de tres años, la tierra experimentó una gran sequía que la terminó asolando. El Señor habla al profeta Elías y le promete que vendría una gran lluvia para aliviar los tiempos difíciles que habían vivido. El profeta sube al monte Carmelo, se postra en oración y pide a su criado, que vaya a observar en siete ocasiones si había señales de lluvia. En ocasiones nos parecemos un poco a ese criado, porque no miramos con nuestros ojos espirituales, sino con los fisicos y decimos: “No vemos nada”. Dios nos está enseñando amado lector, a que miremos con los ojos de la fe y creamos, aunque físicamente no veamos lluvia caer. Las respuestas a nuestras oraciones no siempre llegarán de manera instantánea. Ese “retraso “, no significa que Dios se olvidó de nosotros. Ante eso, Elías no se desanimó, ni dudó, porque él sabía que la promesa de Dios era verdadera, por tal razón insistió al criado y le dijo: Vuelve siete veces.

En la séptima ocasión, el criado vió una pequeña nube del tamaño de la palma de una mano. Ante sus ojos, eso no pareció gran cosa, pero para el que cree, aquello era la señal del milagro. Y así sucedió: esa pequeña nube trajo una gran lluvia. Quizás hoy estés esperando una respuesta: Un milagro de sanidad o una provisión sobrenatural. Si ya miraste varias veces y no pasó nada, el Espíritu Santo te dice hoy: Vuelve otra vez. No claudiques, sigue orando, continúa perseverando, adora con fuerza y cree. La señal más pequeña en el mundo espiritual, será la gran manifestación en lo natural. No subestimes lo pequeño. Dios comienza con lo insignificante, para después manifestar Su grandeza. Esa pequeña nube, era suficiente para Elías. El sabía que lo que vendría de parte de Dios primero crece, después se manifiesta y se transforma en algo grande. No olvides que Dios no ha terminado contigo.
Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Ayer fue el estreno del quinto episodio de Cápsulas de fe. Aquí te lo dejo para que lo veas. Espero que sea de gran bendición a tu vida.