Hay historias descritas en las sagradas escrituras, que nos entregan lecciones profundas, sobre cómo activar el mundo espiritual a nuestro favor. Una de esas historias la encontramos en el evangelio según San Mateo, en el capítulo diecisiete, versículo veinte. El relato del evangelista, nos muestra a un padre desesperado porque su hijo estaba siendo atormentado por un espíritu maligno. El padre, buscó ayuda en el Señor y en sus discípulos, pero estos últimos no pudieron ayudarle a solucionar el problema. Cuando Jesús irrumpe en el lugar, le habló al padre y le reveló la clave para ver lo sobrenatural descender al mundo natural: La fe en nuestro Señor Jesucristo. Ésta tremenda historia, nos permite comprender el gran poder que tiene la fe en el mundo espiritual. Jesús le respondió al padre: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. Jesús no pone limitaciones a quién puede recibir milagros. Indistintamente de cual sea nuestra condición, posición social, orígen o experiencia, si nuestra fe está puesta en Cristo, lo imposible se vuelve posible.
Esta es una verdad que el enemigo de nuestras almas no disfruta mucho que como creyentes sepamos. Él sabe que cuando nuestra fe está anclada en Jesús, los montes más encumbrados de nuestra vida, tendrán que moverse en el nombre de Jesús. montañas en tu vida pueden moverse. Es fundamental, que alimentemos nuestra fe con la Palabra de Dios. De ésta manera, cuando tengamos que enfrentar desafíos, estaremos listos para creer ciegamente en Dios para que desate su poder sobre lo imposible y lo veamos manifiesto en cada parte de nuestra vida. El padre del joven de ésta historia, aunque creía también reconoció que necesitaba ayuda en medio de su incredulidad. En algunos momentos de nuestra vida, es tan grande el tiempo que llevamos esperando a que Dios se manifieste, que nos resulta difícil de creer que finalmente hará el milagro y nos rescatará. El Señor siempre está listo para obrar. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.
Pr. José Ángel Castilla
