¡Que nadie apague tu luz!

Jesús en el sermón del monte nos entrega uno de sus mensajes públicos más desafiantes e importantes, de cómo vive un ciudadano del Reino de Dios. El Señor nos habla acerca de las bienaventuranzas, la identidad del discípulo, enseñanzas acerca del corazón, buenas prácticas espirituales, confianza en Dios, cómo mejorar las relaciones con los demás y un llamado a la obediencia. En el siguiente pasaje del apóstol Pablo a los Romanos, nos expresa acerca de su disposición y entusiasmo por predicar el evangelio en Roma. La capital del imperio era el centro del poder mundial en ese tiempo. Llevar el mensaje de Cristo allí era un plan estratégico, que también necesitaba mucha valentía. Pablo no veía la predicación del evangelio como una carga, sino como un honor y una urgencia. En una cultura romana orgullosa, intelectual y pagana, el mensaje de un mesías crucificado parecía una locura y una debilidad. Pero Pablo no se avergüenza porque conoce su poder real. La palabra PODER en el griego es “dunamis” y significa dinamita. Ésto implica que el evangelio rompe cadenas, transforma corazones y salva vidas.


El evangelio trasciende culturas, razas y clases sociales. Pablo sentía ansias de predicar las buenas nuevas del evangelio a los Romanos. Tenemos que pensar un poco menos en nosotros mismos y un poco más en los demás.

La luz se necesita, porque el mundo está en tinieblas, y si nuestro cristianismo imita a las tinieblas, no tenemos nada que mostrarle al mundo. Para ser efectivos, debemos buscar y demostrar el distintivo cristiano. Nunca podemos afectar al mundo por Jesús al ser igual al mundo.

Spurgeon

Vivimos en éste mundo, pero no le pertenecemos a él. Somos luz y sal, alumbramos donde hay oscuridad y le ponemos el sabor que éste mundo necesita. Que nadie apague tu luz, no luz propia porque sin él sería imposible brillar. Dios coloque gracia para que seas una lámpara encendida en cada lugar donde Dios te coloque. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fuerte para todos.

Pr. José Ángel Castilla

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2 Respuestas

  1. Hoy más que nunca se necesita que tengamos la valentía de ser sal y luz, a menudo deseamos encajar o no ser rechazados pero si somos más de lo mismo nadie verá a Jesús en nosotros. Gracias por esta reflexión 🙏🏼

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Recuerda que Dios no ha terminado contigo

Pr. José Ángel Castilla

 

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