
Así como existen prisiones que limitan la libertad de personas que las han condenado a estar recluidas por largo tiempo, tambien espiritualmente existen cárceles que sin necesidad de tener barrotes de hierro, limitan la vida espiritual de las personas. Se les denomina las prisiones del alma y tienen puertas hechas a base de un material llamado: culpa persistente. En la Cruz del calvario fuimos perdonados, pero algunos continúan cargando un peso de culpa en el corazón, que los hace lleva a sentirse condenados. El enemigo de nuestras almas lo sabe, por eso nos hace sentir indignos para que desconfiemos al acercarnos al Señor. Si nuestra mente se mantiene atrapada en lo que hicimos mal, no podremos disfrutar lo que Dios tiene para nosotros hoy. Por eso el susurro constante del Diablo es: “No eres suficiente, no mereces ser usado por Dios, Él nunca se olvidará de lo que hiciste”. ¡No sigas creyendo éstas mentiras!

A la luz de lo que significa que alguien haya sido condenado, por un acto que merezca una pena, es interesante cómo la palabra condenación en su origen griego es: katákrima y significa: sentencia judicial en contra o veredicto de culpabilidad con castigo. Cuando traemos la culpa de toda la humanidad y la llevamos a Cristo, el juicio ha sido anulado, y ya no existe ningún veredicto de culpabilidad. Jesús murió y cargó con la condena que nos correspondía y al resucitar, lo hizo como prueba de que el juicio había terminado y fuimos declarados libres. La culpa, amado lector, no es sinónimo de humildad o vernos muy espirituales. La culpa realmente es una trampa que nos coloca el enemigo de nuestras almas, para robarnos la paz y alejarnos del propósito de Dios. Ser humildes no significa
arrastrarnos bajo el peso de la culpa, sino creer en el poder que tiene la sangre de Cristo para limpiarnos y hacernos nuevos. Recuerda que su Gracia es más grande que nuestro error. Dios no ha terminado contigo.
Pr. José Ángel Castilla
Ayer fue el estreno de un nuevo episodio de Cápsulas de fe. Si no pudiste verlo, aquí te lo dejo: