Cuando no prestamos atención a las instrucciones, nunca crecemos ni seguimos aprendiendo. Nos quedamos muchas veces, sólo en la teoría, pero nunca practicamos lo aprendido. Una de las enseñanzas que marcó mi vida profesional, estando en la mitad de mi carrera, fue un curso que hice en el Sena (para Colombia: Servicio Nacional de aprendizaje) y tenía que ver con la introducción al proceso constructivo. Sólo había visto hasta la fecha, teoría del mismo en la universidad. Enfrentarme a armar una viga, ensuciarme de óxido, arena y cemento, me hicieron entender mucho más, de lo que hasta ese momento había aprendido.

La vida espiritual es muy parecida a lo que te acabo de compartir. Necesitamos llevar a la práctica lo aprendido y recibido de nuestros mentores y maestros. Pablo en el siguiente pasaje, se muestra como uno que a pesar de estar preso, seguía enseñando a través de sus cartas. La vida es un curso que no termina, hasta que lleguemos al cielo.

Es incomprensible, cómo un hombre preso escriba y siga formando con su actitud y ejemplo. Dale valor a las lecciones vividas. No esperes a que te ocurran más cosas desagradables para aprender las lecciones que debes saber. No seas de los que aprenden a la brava o a las malas. Se obediente y camina, siguiendo los pasos del Señor. Renuncia a la terquedad, suficiencia, desobediencia y rebeldía.

Honra a tus pastores y líderes espirituales que han caminado un trecho, un poco más largo que el que tú has caminado. Dios ha sido bueno y su paz seguirá como ⚓ ancla para tú corazón ♥. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de ésta enseñanza.

Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla.