
El afligido necesita de la oración, la persona alegre se le invita a cantar alabanzas y elogios a Dios, y quien se encuentra enfermo debe de llamar a personas maduras espiritualmente para que oren por su necesidad. Estos tres consejos los entrega el apóstol Santiago. En resumen, tanto para el afligido como para el alegre, deben llevar toda su situación al Señor. La aflicción del corazón es parte de la experiencia humana, ya sea por pérdidas, traiciones, enfermedades, culpa o pruebas espirituales, todos enfrentamos momentos en donde el corazón se quebranta. Sin embargo amado lector, la Biblia nos indica que Dios reconoce el dolor del alma y lo transforma para Su gloria.

Dios no ignora un corazón quebrantado, sino que permanece cercano para salvarnos del momento adverso. El anterior pasaje, nos muestra el carácter compasivo de Dios. Él no rechaza el dolor humano; lo abraza y se acerca a los que sufren. El quebrantamiento, cuando se lleva delante de Dios, atrae Su presencia.
Dios habita no solo en lo alto, sino también en el alma humillada. Jesús no solo enseñó sobre el dolor, sino que lo experimentó y nadie más que él para comprender el sufrimiento humano. Lo vivió en carne propia y nos dejó consuelo y esperanza. Su invitación para el
afligido, es que pueda encontrar descanso en Su presencia. La aflicción tiene un propósito eterno. Dios usa el dolor para formar nuestro carácter, eliminar el orgullo, y revelar Su gracia. Un corazón afligido, en las manos de Dios, se convertirá en un instrumento de transformación.
Consejos para contrarrestar la aflicción del corazón:
A. Derrama tu corazón en oración.
B. Permanecer en la Palabra.
C. Rodéate de gente espiritual.
Dios no deja al afligido donde lo encontró. Él promete consuelo, gozo y restauración. Su gracia reconstruye lo que el dolor destruyó. El sufrimiento no es el final de la historia. En Cristo, el dolor tiene sentido, el quebranto tiene consuelo, y el alma encuentra redención. Un corazón afligido, cuando se rinde ante Dios, se convierte en un altar donde Su gloria se manifiesta. Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
Gracias a todos los lectores que se sumaron para apoyar el sostenimiento del blog. Si deseas sumarte puedes hacerlo transfiriendo 7 dólares al No de Nequi 3015450893. Dios te recompense.
Pr. José Ángel Castilla
Una respuesta
Amén.