Siempre me ha maravillado, la forma como Dios le habló a su pueblo. Aquí el profeta Isaías le describe como un humilde gusano. Un invertebrado blando, frágil, insignificante y que podemos pisar con facilidad pero tan vitales, ya que oxigenan la tierra y mineralizan los restos de materia orgánica para producir sustancias asimilables para las plantas.

¿Cuántas veces te has sentido y te han hecho sentir como un simple gusano?

De seguro no es muy cómodo sentirnos desvalorados y menospreciados. No sientas temor. Adentra en el corazón, el principio que Dios nos ha redimido y que somos su pueblo. Frágil como humilde gusano. Jesús nos enseña en el sermón del monte, que bienaventurados son los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de Dios. Esos pobres, reconocen que sin Dios, no podrían ser ni hacer nada. Nadie que se humille o que humillen intencionalmente, se queda sin su honra y su exaltación. Ese gusano cuando es procesado, se transforma en mariposa 🦋 Todos nosotros somos procesados y refinados en nuestro carácter, todos los días.

Dios usará para ello a quienes amamos, a gente cercana, a amigos, a jefes, en fin. Pero lo más importante está allí, luego de culminar ese proceso nos vamos pareciendo más y más al Señor. Como esa mariposa hermosa, que abandona su envoltura en la que estuvo mucho tiempo escondida, a los ojos de todos.

¿Cuánto tiempo te falta para salir de tú envoltura? Eso sólo lo sabe el Señor. En el silencio y la oscuridad, mientras la metamorfosis hace lo suyo, mira al cielo y dale gracias a Dios por ser un humilde gusano, pero que un día se convertirá en alguien procesado pero hermoso, que levantará sus coloridas alas y volará.

Suelta el temor y abraza el amor del Padre. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscribete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares.

Abrazo fraterno.

Pr. José Ángel Castilla