
Perder el sentido de vivir no siempre nos ocurre por algún acontecimiento trágico. A veces esa pérdida, es el resultado de una acumulación silenciosa de decepciones, cansancio de nuestra alma o tibieza espiritual. Es como despertarse un día y darnos cuenta de que lo que hacías, ya no nos apasiona o que las razones que antes nos impulsaban hoy no bastan para continuar. Aunque parezca que todo está vacío, el sentido no se pierde realmente amado lector, solo se adormece y puede ser reactivado. Dios tiene un plan para nosotros y en eso debemos tener la certeza de que aunque sintamos que perdimos el sentido de la vida, el Espíritu de Dios soplará sobre nosotros para estremecernos en medio de la monotonía y letargo espiritual. A continuación algunos consejos para reencontrar ese sentido y vivir de acuerdo a los planes de Dios:
1. Honra tu realidad emocional y no niegues lo que sientes. Siendo honestos abrimos el camino de la sanidad y la transformación.
2. Redescubre lo que significa la palabra sentido. No busques el sentido de vivir en el éxito, el estatus, la aprobación y la productividad. El verdadero sentido está alineado con tu alma, no con las exigencias del sistema.
3. Reconéctate con los planes de Dios. Cuando perdemos el sentido de la vida, no basta con la motivación humana. Necesitamos una conexión más alta, más profunda. Habla con Dios, incluso si lo sientes lejano. Ora con sinceridad de corazón y escucha la voz de Dios en el silencio.
4. Rodéate de voces que sanan, manos que levanten tus brazos y no personas que te presionen. Profundiza en la palabra de Dios. El alma rota, no necesita correcciones, necesita presencia, compasión y verdad.

Lo que vives no es el final, lo que hoy parece no tener sentido, es sólo un puente hacia una versión más auténtica de ti. Dios permite el desierto no para castigarnos, sino para desprendernos de lo falso y guiarnos hacia lo verdadero. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Una respuesta
Amén ! Escucho su voz a través de esta hermosa palabra