Dios es un Dios de promesas y nada de lo que él ha dicho que hará en nuestras vidas, se queda sin su cumplimiento. Una muestra de ello, la vemos en nuestro patriarca Abraham. El Señor le dijo que haría de él una gran nación y comenzaron a pasar los años y el cumplimiento de esa promesa parecía desdibujarse. Sara la esposa de Abraham, era estéril y cada año que pasaba se iba haciendo más vieja y por consiguiente, la posibilidad de tener un hijo se hacía más imposible de ver ante los ojos de los hombres. Quizás hoy mi amado lector, también tu has recibido una promesa de parte de Dios, pero ha pasado el tiempo y nada ha sucedido. Cuántas veces te has hecho tantas preguntas en donde cuestionas el proceder de Dios, le críticas y juzgas haciéndolo ver que se ha olvidado, de lo que un día te dijo. Son tan difíciles ésos momentos que tambalea la fe y dudamos si realmente Dios cumplirá lo que prometió o pensamos que quizás cometimos un error, que detuvo su plan. La espera siempre será difícil, pero es en ese proceso donde la fe es refinada y también Dios utiliza la espera para enseñarnos a confiar en su tiempo perfecto.
Es muy peligroso adelantarnos a los planes de Dios para nosotros hacer el milagro. En medio de la espera y al ver que nada pasaba, Abraham y Sara tomaron una decisión apresurada y equivocada. Buscaron cumplir la promesa de Dios, por sus propios medios. Abraham toma a Agar, esclava de su esposa y se acuesta con ella. La consecuencia de éste grave error, sólo trajo conflictos y dolor a la familia. Es que cuando intentamos forzar el cumplimiento de las promesas de Dios, en lugar de traer gozo, lo que hace es complicarnos la vida. Lo que Dios ha prometido, Él lo cumplirá en su tiempo y a su manera. No cambies sus planes por los tuyos. Ninguna bendición que viene de parte del Señor, añade tristeza y desconsuelo a nuestro corazón. Aunque larga sea la espera, continúa aguardando porque Dios no te olvida y siempre cumple su palabra. Recuerda que el Señor no ha terminado contigo. Abrazo fuerte para todos.
Pr. José Ángel Castilla
